Lo digo de frente

En julio de 2010, en una sesión no muy concurrida en el Congreso de la República, los hermanos Mauricio y Guillermo Alfonso Jaramillo, participaron de un debate político y técnico sobre la minería en el Tolima, especialmente a la mina Colosa.

Fue llamativo lo documentada y rigurosa que resultó la exposición de Guillermo Alfonso. Ese tema lo utilizó unos años más tarde para hacer política proselitista para su candidatura a la Alcaldía de Ibagué.

Pareciera que ese cuidado en llamar las cosas por su nombre, con la exactitud en los señalamientos y rigor en las acusaciones, se le ha perdido a medida que ejerce su función como primera autoridad de la ciudad.

Ahora recurre a las mentiras y calumnias para intentar mejorar la imagen como gobernante, que va descendiendo aceleradamente o, mejor, en caída libre. Al no tener obras que mostrar, Jaramillo sale a tratar de copar los medios de comunicación con acusaciones falsas y temerarias y con meros fines politiqueros.

Doctor Jaramillo: miente usted, “como lo hacen todos los boleros”, cuando me acusa de cosas sin ningún fundamento. Entiendo que los líos jurídicos en que está envuelto y las dificultades de su gobierno, que prometió mucho y no ha cumplido casi nada, lo deben agotar y le desgastan la memoria.

Fui secretario privado del ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial entre 2006 y 2007. Posteriormente, hasta marzo de 2009, fui nombrado director de desarrollo territorial, dependiente del Viceministerio de Vivienda. Luego renuncié al ministerio para ser candidato a la Cámara por el Tolima. Lo hice un año antes de las elecciones, que eran el 14 de marzo de 2010.

El 4 de mayo de 2009, es decir, cuando ya no estaba en el ministerio, el doctor Carlos Costa firmó la resolución 814 sobre La Colosa, la cual usted debió conocer y estudiar muy bien y debe reposar en los archivos del ya reseñado debate en el Congreso.

Además, le refresco la memoria: esas licencias las tramitaba la Dirección de Licencias Ambientales, que dependía del Viceministerio de Ambiente, no del Viceministerio de Vivienda en el que yo había trabajado, pero del que ya no era funcionario. Esa es la verdad y usted lo sabe.

Tenga claro, señor alcalde, que Ricardo Ferro es un hombre que no se esconde a la hora de debatir, y a diferencia suya, habla de frente. Soy un hombre que asume responsabilidades y siempre da la cara, porque soy un hombre de palabra. Pero los debates los doy con la verdad como guía, no con mentiras ni con intereses oscuros ni politiqueros. Estoy dispuesto a dar todos los debates que usted convoque, siempre y cuando no recurra a insultos, falsedades y falacias.

Tengo un compromiso ético con el progreso de mi Ibagué, con miles de ciudadanos que han depositado su confianza en mí y a los que no voy a defraudar. Por más que usted difame de mí, y propague infundios y acusaciones falsas, no voy a claudicar de mi convicción de servicio. Que no le quede duda de que Ricardo Ferro es un hombre decente, que cumple y responde.