La resurrección textil

por Ondas de Ibagué

El sector textil ha sido protagonista en los recientes 30 años en Ibagué. Con la inclusión de esta capital en las exenciones tributarias y arancelarias que traía la Ley 44 de 1987 inicia un periodo exitoso para la economía local, en gran medida, gracias al desarrollo de la industria textilera.

Este gremio fue fundamental en la generación de nuevos empleos y el crecimiento en la participación en el PIB nacional.

Sin embargo, desde mediados de los 90 las cosas no le han sido color de rosa. La expedición de la Ley Páez, la crisis económica y la terminación de los beneficios tributarios emanados de la Ley 44, cambiaron la historia.

La ciudad se había preparado para ser una potencia textil, pero la realidad 20 años después daba cuenta de muchos empresarios quebrados, maquinaria arrumada y unos ‘sobrevivientes’ que persistían en el intento de mantenerse en el negocio, la mayoría a través de la maquila.

En 2013 vino un nuevo empujón para todo el sector textil colombiano con la expedición del Decreto 074, que redujo esa colonización asiática que se ha venido presentando. No obstante, el hecho de que prosperara una demanda al decreto en mención hizo que la situación volviera a dificultarse.

Pero, ¿cuál es el compromiso del sector oficial en el Tolima en este momento? La nueva reglamentación contenida en los decretos 1744 y 1745 parece no ser suficiente para contrarrestar el contrabando y el ingreso de mercancías que terminan siendo subfacturadas. En el mismo sentido, la carga tributaria actual preocupa por cuanto le resta competitividad a los empresarios locales. Y como si fuera poco, los escasos recursos que destina el Estado para avanzar en materia de innovación y competitividad brillan por su ausencia por estas tierras.

Eso sí, pueden venir tiempos mejores. En plena Semana Santa, se registró una reunión entre la Ministra de Comercio e importantes líderes textileros del Tolima.

Los ministros van y vienen, pero los empresarios tienen el panorama claro. Ellos saben que es indispensable el acompañamiento en el mercadeo y la parte productiva, el posicionamiento y la efectividad de la Feria Ibagué, Negocios y Moda, los encadenamientos productivos, las prendas orgánicas y el freno al contrabando.

Así mismo, en lo que tiene que ver con las cargas tributarias existe una agenda nacional que está liderando la Cámara Colombiana de la Confección. En el nivel local no estaría de más generar un espacio de concertación similar.

Un dato de cierre: si en 2014 el Dane estimó en mas de 10 mil los empleos generados por el sector textil, esto quiere decir que, sumando las familias, estamos frente a una actividad que fácilmente puede impactar a más del ocho por ciento de la población de la ciudad. Por lo cual, ¿valdrá la pena insistir en sacar adelante el sector textil? POR SUPUESTO QUE SÍ (Mayúscula sostenida en la respuesta).

Por: Ricardo Ferro