En cuatro días inicia el cese al fuego y de hostilidades prometido por la guerrilla del ELN en medio de sus compromisos para lograr un acuerdo de Paz con el Gobierno, y sin mostrar pena alguna, el grupo volvió a dinamitar el Oleoducto Caño Limón-Coveñas.

El nuevo atentado se produjo en el departamento del Norte de Santander, provocando la rotura del ducto y el derrame de crudo con enormes consecuencias ambientales sobre el río Catatumbo.

Inmediatamente Ecopetrol activó un plan de contingencia para suspender el transporte de petróleo por el Oleoducto, mientras advirtió a los habitantes de la zona para que no se acerque al derrame y se abstengan de usar elementos que puedan producir chispa o fuego como velas, motores, fogatas y cigarrillos.

El presidente Juan Manuel Santos repudió el atentado, mientras que el jefe negociador del Gobierno en los diálogos con el ELN culpó a esta guerrilla de haberlo cometido y la criticó por no llegar al primero de octubre, fecha en la que inicia el cese al fuego, sin atentar hasta último momento contra la infraestructura petrolera del país, que sigue dejando enormes daños ambientales y económicos.