Los dueños de estos establecimientos públicos aseguran que no tienen como cumplir con sus obligaciones y necesitan que la Administración municipal les lance un salvavidas.

Uno de los sectores de establecimientos públicos más afectados desde que comenzó la pandemia y las restricciones en Ibagué han sido los de las canchas de tejo y billares quienes tuvieron que cerrar las puertas de sus negocios por más de siete meses y desde que les permitieron abrir, les restringen la comercialización de bebidas alcohólicas, que es el principal ingreso económico.

Los dueños de estos negocios están preocupados porque los dueños de los negocios donde funcionan les comenzaron a cobrar la tarifa de arriendo plena desde que volvieron a abrir, pero sus ingresos se disminuyeron ostensiblemente porque lo que les deja ganancias es la venta de licor y para ellos está prohibida.

“Estamos muy afectados, estuvimos cerrados 7 meses y luego nos dejaron abrir sin vender licor, hasta las 8 de la noche. Cuando abrimos los propietarios de los locales nos empezaron a cobrar pleno pero estamos trabajando a medias y el negocio ya no es rentable. Ya muchos cerraron definitivamente porque se quebraron”, afirmó Javier Obando, propietario de billares Uno

Estos comerciantes le piden a la Alcaldía que disponga el descuento de los impuestos que, si les llegó completo, cuando en realidad sus ingresos son mínimos.