Un árbol de guayabo es el salón de clases de 3 niños en Payandé

Es el único lugar en el que los niños puede acceder a la señal de internet.

Arbol es el salon de clase

Una madre de familia pide ayuda para que sus hijos puedan estudiar porque no tienen como acceder a internet en la finca donde se encuentran en el sector de Caracolí.

Se trata de Luz Enith Fernández Montealegre una humilde mujer residente en una fina de la vereda Caracolí en el municipio de San Luis, a donde llegó desde el pasado mes de octubre cuando tuvo que salir desplazada por la violencia desde el municipio de Rovira.

La mujer es madre de tres hijos de 16, 13 y 12 años de edad quienes aún están matriculados en el colegio San Francisco de Miranda en Rovira, porque ella no ha podido hacer las diligencias de traslado del colegio para donde vive ahora, con el fin de evitar regresar al lugar de donde tuvo que salir obligada.

Esta humilde mujer asegura que todos los días vive con la zozobra de que alguno de sus hijos pueda tener un accidente, porque en el lugar de la finca donde está trabajando sólo puede coger buena señal de internet en un palo de guayabo al que sus hijos se suben para poderse conectar a las clases virtuales y cómo solo tiene un teléfono, los niños se turnan para ver las clases.

La mujer asegura que su situación es muy compleja porque su esposo está muy enfermo por cuenta de una caída que sufrió cuando intentaba acomodar tablas en el árbol para que sus hijos se pudieran sentar mejor a ver las clases, pero las ramas se partieron y el hombre se vino al suelo lesionándose la columna.

“Yo no pido dinero, no pido nada para mí, solo quisiera que me ayudaran para que mis hijos puedan tener el estudio que yo no tuve. Tenemos un sólo teléfono y mis hijos se suben al árbol, el niño se conecta a una clase y luego se lo presta a las niñas que se conectan también por horas o a veces la profesora les da una sola clase a las dos pero eso es muy difícil”, asegura la mamá de las niñas.

Doña Luz Enith pide ayuda para que sus hijos puedan acceder a la educación, porque afirma que lo único que anhela es que los niños puedan tener una vida mejor de la que la ha tocado a ella.