“Me fracturé la cara en ocho partes y se me salieron los ojos”: motociclista accidentado en la 60 hace un año

por Daniel Garcia

Diego Mauricio Álvarez reconstruye el hecho que le cambió la vida el pasado 16 de agosto de 2022, señala que no ha podido volver a trabajar, duró 15 días en coma y no sabe si algún día se cumplirá su sueño de ser agente de tránsito.  

El hombre accidentado

Tras el primer año del fuerte accidente que se presentó en la calle 60 entre avenidas Guabinal y Ambalá, donde un grupo de tres jóvenes iban a robar con cuchillo a otro que pasaba caminando por la zona y este en medio del hecho cruzó la carretera y fue arrollado por un motociclista dejando dos heridos.

Ondas de Ibagué logró dialogar con Diego Mauricio Álvarez, el motociclista que llevó la peor parte en este hecho, que por primera vez entregó declaraciones a la opinión pública y se desempeñaba como conductor de ambulancia y estaba en esperas de convertirse en agente de tránsito en la ciudad de Bogotá, sin embargo, la vida y los planes le cambiaron por completo.

“Antes del accidente de tránsito me había graduado como agente de tránsito, con sacrificio saque adelante mis estudios, para darle un futuro mejor a mis padres, mientras entraba a trabajar en Bogotá era conductor de ambulancia para sostener mis gastos”.

Asimismo, recordó que venía de la iglesia a la que asistía, cuando se topó con el intento de hurto y terminó arrollando al joven de 20 años, pero él se llevó la peor parte quedando gravemente herido.

“Salía de unas terapias, me fui para la Iglesia Rey de Reyes, me fui por la 60 donde hubo un hecho de unos ladrones que iban a robar a un joven que se llamaba Santiago y por no dejarse robar cruzó la calle y lo arrollé con mi moto”.

Del mismo modo, contó que se vio comprometida gran parte de su rostro y extremidades. “Tuve fracturas, laceraciones graves, en la cara me la fracture en ocho partes, se me partió la fístula, la nariz me la fracture hacia adentro, los dos pómulos partidos, se me salieron los ojos y llenaron de sangre, también me zafaron los hombros y tuve fracturas en ambos brazos”.

También, expresó que alcanzó a estar sin signos vitales, lo cual le comentaron allegados que atendieron la emergencia y vieron lo sucedido, pero como un completo milagro dio señales de vida respirando de nuevo y posteriormente duró más de dos semanas en coma luchando por su vida.

“Yo cuando me accidente, unos conocidos verificaron y me tocaron y no tenía signos vitales, dijeron que había muerto, dijeron que era un 901 y estaban llamando a tránsito para recoger el cuerpo y a los dos minutos reaccione y se dieron cuenta que estaba sin vida, luego tuve cuatro infartos, me operaron la cara, estuve 15 días en coma”.

Álvarez relata que tuvo dos cirugías para reconstruir el rostro y cuadrar los hombros, pero expuso que perdió movimiento en sus brazos, el olfato y parte del gusto.

“Me operaron la cara, los hombros y mi recuperación ha sido muy difícil porque por el golpe en la cabeza, me quedaron secuelas, perdí el olfato en un 100% y el gusto en algunas comidas no siento el sabor, el resto es dolor de cabeza, quede con afectación en movimiento de los brazos, no puedo alzarlos ni tocarme la cabeza por mis propios medios”.

Por su parte, acotó que no ha vuelto a trabajar y no sabe si podrá cumplir su sueño de ser agente de tránsito producto de este accidente en el que se vio inmerso, donde tampoco descarta seguir en la labor de conductor de ambulancia.

“Mi vida cambió, todavía estoy incapacitado no he terminado mis terapias, estoy en procedimiento, ese accidente me ha afectado mucho, porque tengo mucho dolor en los brazos, cabeza, tengo un procedimiento en Bogotá que me harán lo de la fistula que me sostiene el líquido del celebro y si no lo hago con una mal fuerza o golpe se me sale el tornillo y material y puedo tener muerte cerebral”.

Y añadió que “ya en estos momentos camino por mis propios medios, antes me tocaba con ayuda de mis padres, lo que si no puedo es alzar mis brazos, bañarme bien la cabeza, hacer fuerza, a veces me da mucho dolor de cabeza y en ocasiones me da mareo, pero son cosas que debo lidiarlas y me catalogo un milagro de vida”.

Finalmente, sobre la determinación de casa por cárcel a la joven de 18 años implicada en este caso, sostuvo que no guarda ningún sentimiento hacia ella y espera que esto le sirva para que cambie y mejore sus acciones.

“Yo no tengo rabia con la pelada ni los pelados, mis padres me enseñaron buenos valores, no la juzgo ni culpo, todos cometemos errores, nadie es perfecto en esta vida y en estos momentos ojalá la pelada con esto puede estar confundida y ojalá Dios la ayude para salir adelante y cambie su vivir para llevar una nueva vida”.