Innovaciones tecnológicas avanzadas contra el cambio climático

por Ondas de Ibagué

Al pensar en cambio climático, lo primero que suele venir a la cabeza es un cambio drástico de las temperaturas.

Cambio climatico 08 09Foto: Mapfre

Uno de los problemas que plantea el cambio climático tiene que ver con el agua, y es que los cambios en los recursos hídricos del planeta tienen un impacto enorme sobre nosotros. Por un lado, cada vez es más frecuente ver inundaciones, no solo en zonas donde no ocurría antes, también en zonas donde esto sucedía se vuelve un fenómeno más común. Por otro lado, el aumento de la temperatura hace que sea necesario usar más agua a la hora de regar, ya que dicha agua se ‘pierde’ (transpiración, evaporación) más rápidamente. Además, al hacer más calor, hay menos nieve, que es la fuente principal de agua dulce una vez se derrite.

El problema del cambio climático también afecta directamente a la comida. Tanto agricultores como ganaderos se enfrentan a situaciones cada vez más complicadas para sus explotaciones, pudiendo verse incapaces de proporcionar los componentes necesarios, como agua o nutrientes. Por suerte, la tecnología avanza de forma imparable y las aplicaciones para los cultivos pueden ayudar a lidiar mejor con los efectos del cambio climático. Pero esa tecnología no es solo para trabajar en el campo.

Tecnología para la agricultura de precisión

La agricultura de precisión busca aumentar el rendimiento de los cultivos al mismo tiempo que se reduce el uso de insumos. Para conseguirlo, los agricultores se apoyan en diferentes tipos de tecnología. Por ejemplo, la maquinaria incorpora dispositivos GPS para trazar rutas más eficientes y malgastar menos combustible o se colocan sensores en diferentes partes del campo para cartografiarlo o realizar mediciones en esa área.

A su vez, es posible ver en el campo con más frecuencia drones, que no solo se usan para explorar de forma más rápida el campo, también existen modelos capaces de fumigar y/o fertilizar los cultivos. Los drones superan a otros dispositivos tecnológicos de fumigación, mucho más caros y cuya altura de vuelo no es excesivamente alta. Otra alternativa tecnológica cuya presencia es cada vez mayor son los robots, que realizan funciones tan diversas como aplicar fertilizante con precisión o servir de trampa para insectos.

Sin embargo, la agricultura de precisión no estaría completa sin un sistema que permitiese analizar bien los datos que se recogen en el campo. El uso de macrodatos (Big Data) se ha vuelto una parte esencial, ya que permite tomar mejores decisiones al disponer de valores exactos. Pese a su necesidad, todavía es difícil en algunos casos el recopilar y aglutinar todos esos datos para su posterior análisis. 

Eficiencia energética en el hogar

Para la gran mayoría de personas del planeta, su aportación contra el cambio climático pasa por intentar reducir el consumo energético en casa. Este proceso lleva en marcha años y no es extraño ver en las tiendas de electrodomésticos una pegatina en cada aparato, indicando cuál es su consumo energético y a qué rango de eficiencia pertenece. 

Otras acciones que contribuyen a la eficiencia energética pasan por sustituir calefacciones antiguas, la mayoría centrales, por nuevos sistemas de calefacción individual. También las puertas y ventanas deben ser revisadas, puesto que una ventana o puerta que aísle mejor el hogar reducirá el uso de calefacción y aire acondicionado. Se estima que, a día de hoy, las emisiones de dióxido de carbono producidas por los hogares europeos suponen cerca del 40% del total.

Captación del carbono

Los gases de efecto invernadero son uno de los principales causantes del aumento de temperatura en la Tierra y, entre ellos, se encuentra el dióxido de carbono. Sus emisiones no han dejado de crecer año tras año y, de momento, el ser humano es incapaz de reducirlas lo suficiente como para que deje de ser un problema.

Una de las soluciones que mejor aceptación ha tenido en la comunidad científica es la captación de CO2 para su posterior almacenamiento. Dicho almacenamiento podría producirse en lugares submarinos, donde no podría afectar a la capa de ozono y, con suerte, serviría para crear nuevos combustibles para nuevas formas de transporte que se desarrollarán en el futuro.

Nuevos tipos de baterías

Las baterías de litio (Li-ion) copan casi la totalidad del mercado, pero distan mucho de ser ideales, ya que son propensas a incendiarse con un cortocircuito y son difíciles de reciclar, ya que son altamente contaminantes. Además, pierden capacidad de carga con el uso.

Es por eso que se buscan nuevos tipos de baterías, capaces de satisfacer las necesidades humanas eliminando las desventajas de las actuales baterías de litio. Entre las opciones más prometedoras se encuentran las baterías de aluminio y otras con diferentes componentes, como el zinc o el azufre. Otro material que podría formar parte de las baterías del futuro es el grafeno. Sin embargo, es poco probable ver una solución real a corto plazo, pues queda mucho por investigar.