El caso se hizo viral a finales del 2022, cuando se conoció que el menor de solo 10 años le disparó a su madre en medio de una rabieta y le quitó la vida.

El año pasado el mundo se conmocionó al conocer el caso de una madre que murió a manos de su propio hijo de 10 años en Wisconsin, Estados Unidos.

El niño, cuyo nombre se mantiene en el anonimato debido a su edad, se declaró inocente ante las autoridades, a pesar de haber admitido que disparó a su madre en medio de un ataque de ira porque ella se negaba a comprarle un video juego.

Inicialmente el menor afirmó que no sabía lo que había sucedido y que había encontrado a su madre sin vida en el sótano de su hogar. Sin embargo, su versión cambió al día siguiente, cuando confesó que había tomado un arma de fuego de la caja fuerte de la casa, previamente sustraída sin el conocimiento de su madre.

El niño relató que había apuntado el arma hacia su madre mientras esta se acercaba y le pedía que la bajara, pero su intención era simplemente asustarla disparando hacia la pared detrás de ella. Trágicamente, la bala impactó en la cara de su madre, de 44 años, causándole la muerte.

El caso ha tomado un giro aún más impactante, ya que el tribunal ha decidido que el niño sea juzgado como adulto, a pesar de su edad. Esta decisión se basó en la competencia declarada por el tribunal en julio de 2023, después de que familiares del niño afirmaran que este tenía problemas de salud mental.

La defensa del menor ha argumentado que someterlo a un juicio de adultos no es necesario para disuadir a otros de cometer un delito similar.

El niño enfrentará un proceso judicial crucial el próximo 6 de octubre, cuando comparezca ante la corte para responder por sus acciones. La comunidad y los expertos legales están atentos a este caso, que plantea preguntas difíciles sobre la justicia penal, la responsabilidad de los menores y la gravedad de los crímenes cometidos por personas tan jóvenes.