Con total respaldo de varias organizaciones sindicales, los trabajadores agrupados del INPEC, al servicio del Centro Penitenciario y Carcelario del COIBA de Picaleña, decidieron no volver a recibir internos sindicados, pues el hacinamiento que existe actualmente en la cárcel de Ibagué es bastante preocupante, lo que significa que estos trabajadores al servicio del Estado, entraron en una especie de cese de actividades hasta tanto la Alcaldía de esta ciudad no haga cumplir las condiciones de las que se había hablado hace unos meses y que consiste en la construcción de una cárcel para internos que no han sido condenados, trabajo que le corresponde a las alcaldías de cada ciudad.

Según Alejandro Durán, presidente del Sindicato del Inpec en Ibagué, ayer en horas de la tarde llegó al complejo carcelario una tanqueta de la policía con 35 internos y varias unidades del ESMAD, como tratando de ingresar a las malas a estas personas a la cárcel, situación que conmocionó a los residentes de la zona, e incluso a algunos internos desprevenidos, quienes creían que al interior del COIBA se estaba gestando un motín, generando preocupación.

De inmediato las directivas del Sindicato del INPEC entablaron comunicación con los Comandantes de Policía, METIB y DETOL, a quienes explicaron la situación y de manera pacífica obligando a los uniformados devolver a los internos hacia la Permanente Central, donde deberán permanecer, hasta tanto no se resuelva la situación de hacinamiento en el complejo.

Los 25 internos que para hoy también se tenían listos para ingresarlos al penal, también deberán continuar en las instalaciones de la Permanente Central en la calle 21.

La situación es delicada, pues se volverá al paro que se vivió  hace dos años y medio, cuando en las instalaciones de la Permanente Central alcanzaron a estar más de 150 personas sindicadas y también algunos internos a quienes se les había resuelto la situación con medidas de carácter domiciliario.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial