A esta hora sigue siendo un total misterio el motivo por el cual dos uniformados del Cuadrante 19, compuesto por dos uniformados, uno de nombre César y el otro de apellido Cabezas, capturaron al conductor y al auxiliar de enfermería de la Móvil 003 de A&V Ambulancias, tan sólo porque cuando atendían una emergencia, con la camilla alcanzaron a golpear levemente el capó de un taxi, que fue parqueado a escasos centímetros del vehículo de emergencia.

Los dos uniformados, adscritos al Cai Trinidad, retuvieron y condujeron en calidad de detenidos a la tripulación de la ambulancia, a quienes les colocaron las esposas, sin importarles que tenían que trasladar a un paciente hacia un centro asistencial.

La ambulancia era conducida por Alex Vera, acompañado de David Coronel, auxiliar de enfermería, quienes iban a ser trasladados hacia la Fiscalía, un procedimiento, tildado de irregular por quienes lo presenciaron frente al puesto de Policía del barrio Yuldaima, al sur de Ibagué.

El llamado es para el Comandante de la Policía en calidad de encargado, Coronel, Farley Forero, quien deberá conocer el caso en proceso, para esclarecer los hechos.

El accidente de tránsito que atendían los paramédicos ocurrió en la carrera 20 calle 14 sur, un poco más abajo de la entrada al barrio San Isidro.

"Cabe anotar que la tripulación de la ambulancia en ningún momento agredió a los policiales ni al conductor del taxi, ni física ni verbalmente", dijo uno de los testigos.

El paciente con una deformidad en uno de los dedos del pie, aseguraba que tenía mucho dolor y los agentes de la Policía, sin interesar el estado de esta persona, evitaron que el vehículo avanzara hacia el centro asistencial.

Ondas de Ibagué pudo conocer que a la tripulación de A&V le tocó pagar el daño del taxi para que los dejaran continuar su camino, pese a que fue el amarillo el que, según testigos, irresponsablemente se acercó a la ambulancia sin guardar distancia alguna, proceso que acaba de ser conocido por los altos mandos de la Policía Metropolitana de Ibagué.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial.