Nadie lo esperaba y menos cuando quienes protestaban gritaban arengas en su contra, incluso pidiendo su renuncia.

Desde que el sindicato de maestros anunció el primer paro del año por el no pago de su salario de enero, la tensión en el octavo piso de la gobernación era evidente. El jefe de esa dependencia había salido rápidamente a explicar las razones del incumplimiento, pero los docentes no querían explicaciones, solo ver el pago reflejado en sus cuentas bancarias. Por eso, a primera hora del lunes comenzaron un plantón frente a la gobernación, el cual repitieron este martes. 

A media mañana, en medio de un inusual frío y de la pertinaz  lluvia, apareció la figura del secretario de Educación Julián Gómez, quien se dirigió hasta el sitio donde los integrantes de Simatol lanzaban sus arengas. Acto seguido pidió el micrófono y explicó de nuevo las razones tecnológicas que generaron la demora en el pago. Obviamente, aprovechó para recordar que los estudiantes son los más perjudicados con este cese de actividades y contó cómo los funcionarios de la secretaría han trabajado a marchas forzadas para tratar de solucionar el problema.

Es posible que a los maestros no les alcancen a cancelar sus sueldos este martes y seguramente el miércoles los profesores volverán con sus discursos frente al Palacio del Mango, pero quedará para el registro que el secretario de Educación les plantó cara a los educadores o como dirían las abuelas, trató de coger "el toro por los cuernos".