Asesinaron a don Reinel cuando intentaban atracarlo. Luto en la mancha amarilla de Ibagué

por Ondas de Ibagué

Reinel Culma Trujillo, de 48 años de edad, es una de las últimas víctimas de la delincuencia que azota la capital del Tolima, tras ser vilmente asesinado al interior de un taxi en el que llevaba algo más de tres años laborando al servicio de la comunidad ibaguereña, hecho que deja una persona capturada y una motocicleta en la mira de las autoridades, toda vez que algunos testigos del hecho sangriento lograron ver la placa del rodante que era piloteado por un hombre de aproximados 25 años que logró escapar, y de quien se dijo, vestía de jean y camiseta negra.

El caso ocurrió en el barrio Santacruz, a eso de las 4 y 30 de la madrugada de este domingo cuando Reinel Culma fue interceptado por dos hombres, uno de ellos lo abordó con el objetivo de despojarlo de sus pertenencias, incluyendo el producido de su trabajo nocturno como taxista, a lo que seguramente el profesional del volante se opuso, recibiendo varias puñaladas que lo dejaron en crítico estado.

Los gritos de auxilio del hombre, el ruido de la motocicleta y la mirada de algunos curiosos, alertaron a las autoridades quienes en la reacción lograron capturar a uno de los presuntos autores materiales del hecho delincuencial, que hasta ese momento eran lesiones personales.

Reinel Culma Trujillo, fue trasladado hacia las urgencias de la Clínica Tolima, donde fue atendido por personal médico y remitido de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos, tras el fuerte sangrado que presentaba, pero falleció.

La noticia de su muerte conmocionó la ola amarilla en Ibagué. Las autoridades ya tenían en sus manos a uno de los presuntos delincuentes, quien de inmediato fue judicializado por el delito de homicidio agravado.

Don Reinel dejó un humilde hogar en el que procreó tres hijos, actualmente uno de ellos es menor de edad. “Siempre demostró ser un excelente hombre. Responsable y cumplidor con sus deberes como empleado. Un amigo inolvidable y un muy buen ser humano”, repetían sus compañeros de la empresa Taxi Arroba en la que trabajaba la víctima.

Del presunto agresor se logró establecer que hacía tres días había salido del penal de Picaleña, donde purgó condena por el delito de porte ilegal de armas de fuego o municiones.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial