¿Por qué los accidentes leves duelen más?

El 'aguante' de cada persona es diferente. No a todos nos duele lo mismo, o al menos no de la misma manera. Dos personas pueden padecer la misma enfermedad y vivir reacciones diferentes. De hecho, un estudio publicado en American Journal of Human Genetics dice que hay mutaciones genéticas involucradas en la sensación de dolor. Por eso, hasta una simple herida puede doler desde los primeros minutos, hasta cada vez que algo roce la zona afectada.

Sin embaargo, el asunto va más allá: factores como la parte del cuerpo que haya recibido el golpe, la ubicación de los nervios, o la cantidad de fibras nerviosas y receptores en el cuerpo hacen que la percepción del dolor varíe. A veces un golpe, una cortadura o hasta una picadura producen dolor insoportable pero al final, ninguna implicación para la salud.


Cortarse un dedo con una hoja
Casi que es una herida que ni sangra. No es grave. Sin embargo, el dolor tan molesto que produce es debido a que "los dedos están cubiertos con una concentración extremadamente alta de receptores para el dolor y esto hace que sean especialmente sensibles en comparación con otras partes de nuestro cuerpo” según lo manifestado Feliciano Sánchez Domínguez, secretario general del grupo de trabajo sobre dolor de SEMERGEN. El experto agrega que al ser una herida poco profunda, afecta las capas externas de la piel, donde están los receptores que envían las señales de dolor más agudas. La sensación sería muy parecida a cortarse en una zona así de sensible como lo podría ser la cara o los genitales.
Esta reacción, según Ernesto Delgado, es un mecanismo d seguridad, pues los dedos interactúan con el mundo y reciben muchas alertas.

Golpearse el codo
No es necesario pegarse en el hueso o en la articulación para ver las estrellas. En este caso, si corre con tan mala suerte que al golpearse, quien recibe el impacto es el nervio cubital, por suave que sea, generará dolor agudo, calambres y adormecimiento desde el codo hasta la punta de los dedos, aunque esta termine siendo una reacción momentánea.

Golpearse el meñique
La escena casi siempre es la misma: usted se levanta medio dormido, a oscuras, y justo camino al baño, estrella su pequeño dedito contra la pata de la cama. "¡Recórcholis!" es la palabra que pasa por su mente mientras soporta el intenso dolor que se mezcla con rabia. Y es que este dedo tiene muchas terminaciones nerviosas, entonces al golpearlo se activan muchos nocireceptores de forma simultánea que corren a llevar la señal de dolor al cerebro.
Sin embargo, algunos de estos golpes que parecen irrelevantes, pueden terminar hasta en fractura, así que no por ser un simple accidente, debe pasar desapercibido.

Quemarse levemente
El efecto es similar a la cortadura con papel, de acuerdo a lo explicado por Feliciano Sánchez, pues esas quemaduras superficiales afectan esas capas de la piel que más receptores nerviosos tienen. En este caso, el dolor aparece porque la terminación nerviosa está irritada, pero intacto. Caso contrario a las quemaduras graves que destruyen terminaciones nerviosas.

 

*Imagen de referencia tomada de Internet

Así que ya lo sabe: es normal sentir intenso dolor, aunque el accidente no haya sido grave.