Las declaraciones se publicaron en una revista romana, tras conocerse de ellas en un coloquio con líderes religiosos a nivel mundial, hace un poco más de dos meses en el Vaticano.

Abusos sexuales contra menores de parte de clérigos, críticas a supuestas apariciones de la Virgen y hasta su propia experiencia, hicieron parte del discurso del pontífice.

El Papa Francisco confesó vivir ahora con más tranquilidad de la que tenía cuando vivía en Argentina.  Atribuye esa paz a la petición que hace a Dios para conservarla diariamente pese a los graves problemas por los que atraviesa la religión católica como la corrupción que hay al interior de la misma y el abuso sexual de miembros de su iglesia a menores de edad.

Afirmó que estas personas padecen una enfermedad y que es devastador lo que sucede, arruinando el propósito de anunciar a Jesús.

Sobre las “apariciones” de la Virgen María, el Papa Francisco instó a cultivar el amor por ella escuchándola desde el corazón y no a través de supuestos mensajes añadiendo que estos no son católicos.