Facultado por junta directiva, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ibagué Brian Bazin Bulla despidió en las últimas horas a ocho funcionarios de la entidad, como parte de una renovación dentro de la estructura orgánica y de trabajadores.

La salida de estos funcionarios generó todo un tsunami no sólo al interior de la empresa sino también en diversos sectores económicos y empresariales de la ciudad. Como era de esperarse, la noticia cayó como un baldado de agua fría en el ente cameral, pues en su mayoría, las personas despedidas llevaban laborando varios años en la Cámara de Comercio.

Quienes no continuarán vinculados a la empresa son:

Harold Burgos, Auxiliar de Productividad.
Oscar Castro Iriarte, Asistente de Comercio Nacional.
Diana Mayerly López, Secretaria de la Oficina Jurídica.
Luisa Victoria Reyes, Asistente de Control Interno.
Jorge Navarro, Auxiliar de Archivo.
Patricia Velázquez, Subdirectora de Relaciones Corporativas.
Diana Alape, profesional de Infraestructura.
Dolly Viviana Zea, Asistente de Presidencia.

Para algunos sectores empresariales, habría intereses particulares en algunos miembros de la junta directiva de la Cámara de Comercio. El primero en pronunciarse al respecto fue el exmiembro de la junta Jader Zuleta, quien advirtió que existe inconformidad entre el sector empresarial por el manejo interno de la Cámara de Comercio de Ibagué, tras la llegada de Brian Bazin Bulla.

Según Zuleta, quien mueve los hilos detrás de la entidad es el empresario Andrés Sierra, de quien dijo que aunque no hace parte de la junta directiva, continúa ejerciendo el poder.
“No es un secreto para Ibagué que quien maneja la Cámara a su antojo es Andrés Sierra, él es quien maneja los hilos desde afuera, eso lo sabe todo el empresariado y no podemos quedarnos callados ante lo que está pasado allí y otras instituciones donde él (Sierra) está presente” indicó el empresario textil.

Por su parte, Andrés Sierra se defendió asegurando que desde hace un año no hace parte de la junta directiva del ente cameral, razón por la cual “no tienen fundamento las acusaciones de Zuleta”.