Para los dueños de bares, las medidas son desmedidas y discriminatorias porque siguen atacando las actividades nocturnas sin hacer control a las aglomeraciones diurnas por toda la ciudad.

Los comerciantes y empresarios de la vida nocturna, especialmente, de la rumba en Ibagué, consideran que decretar una vez más los toques de queda en las noches es una acción discriminatoria porque las autoridades sólo tienen ojos para ver riesgos en bares y restaurantes y se hacen los de la vista gorda con el comercio diurno de la ciudad.

De acuerdo con Mario Hincapie, propietario de bares y discotecas de la capital tolimense, las medidas no atacan los verdaderos focos de control que son las actividades comerciales diurnas, en almacenes y espacios como la carrera Tercera y plazas de mercado, donde los ciudadanos tienen vía libre para amontonarse todos los días, mientras que en los bares se hace todo lo posible por mantener el control de los asistentes a estos centros de Diversión.

“Acatamos las medidas como siempre, pero nos parece injusto y desproporcionado que el sacrificado tenga que ser siempre la industria nocturna cuando en el día vemos aglomeraciones, un centro lleno de gente donde ni siquiera la gente puede transitar en los andenes.  Hoy muchas familias van a perder sus empleos hasta que termine la restricción y esto significa que pierden sus ingresos directos e indirectos”, aseveró Mario Hincapie.

Los propietarios de los bares y restaurantes lamentan que la reactivación económica no pueda concretarse para ellos y todos sus empleados.