Después de haber bajado la marea en Hidroituango porque EPM ha venido recobrando el control de la emergencia, al tiempo que han disminuido los niveles de alerta para las comunidades aguas abajo de la hidroeléctrica, al proyecto le salió otro problema.

La Agencia Nacional de Licencias Ambientales le ordenó a la compañía frenar todas las actividades de Hidroituango que no tengan que ver con la atención de la emergencia; es decir que EPM tiene que suspender muchos de sus trabajos por lo que el proyecto podría sufrir un mayor retraso.

Esta suspensión estará vigente hasta tanto un perito experto emita un dictamen sobre las condiciones actuales y futuras de estabilidad de la infraestructura de las obras principales.

Hace un par de semanas Empresas Públicas de Medellín había dicho que el proyecto podría retrasarse hasta tres años frente a lo planeado, recordando que debía entrar en funcionamiento a finales de este año; algo que no se podrá cumplir por la emergencia que se vive desde hace dos meses.

Es por eso que el tema Hidroituango ha sido uno de los más importantes dentro del empalme entre los presidentes Santos y Duque, porque esta hidroeléctrica se había comprometido con el 17% de la energía que se consume en el país; energía que tocará conseguir de algún modo, inclusive aumentando las tarifas que pagan los usuarios.