¿El fantasma de Yuliana Samboní?

por Redacción Nación

Ya son cinco años de la trágica desaparición y muerte de la niña Yuliana Samboní, quien fue violada y torturada por Rafael Uribe Noguera.

Casa Yuliani Samboni

El arquitecto que fue encontrado culpable, paga una pena de 58 años de prisión en Valledupar.

La pequeña todavía se escucha en su antigua casa en la que vive Yohani Moreno hace 3 años, más de un vecino la ha visto deambular por el barrio Bosque Calderón.

Hace tres años, Yohani Moreno llegó al barrio Bosque Calderón. En compañía de su esposo, desde Venezuela y sin conocer la capital de la República, no se resistieron a una oferta que le hicieron para que arrendara una casita en un primer piso ubicado en lo alto del Bosque Calderón Tejada, escondido detrás del exclusivo sector de Rosales.

Seis meses después de estar viviendo, sin saberlo, en la casa que habitó el señor Juvencio Samboní, su esposa Anely Muñoz, y sus dos hijos, Yohaní Moreno se enteró sobre la tragedia que padeció Yuliana cuando fue secuestrada, asesinada y violada por Rafael Uribe Noguera.

A los pocos días de mudarse a su nuevo hogar, empezó a sentir la presencia de alguien más cuando su esposo, un mensajero de Rappi, salía a trabajar y ella se quedaba esperando a que le saliera un domicilio como manicurista. Siguió con esa sensación de que alguien la acompañada día y noche hasta que una noche le cerraron la puerta de su habitación. La casa no tiene ventanas y la puerta que daba a la calle estaba cerrada, lo que resultó bastante extraño. Yohani entró en pánico, al mismo tiempo empezó a dejar cosas en un lugar y a encontrarlas en otro, por ejemplo, dejaba una cuchara o un plato en la mesa y luego aparecía en el cuarto o baño.

La mujer no es la única que se ha percatado de la presencia de Yuliana, los vecinos del barrio Bosque Calderón Tejada, cuentan que la han visto deambular sin rumbos por las calles. Hace unos meses, una cámara de seguridad de una bodega del barrio captó en video la silueta de una sombra que salía de la antigua casa de Yuliana, y permanecía ahí durante unos segundos hasta que se desvanecía.

Rafael Uribe Noguera lleva tres años confinado en la cárcel de máxima seguridad, La Tramacua, en Valledupar. Está extremamente vigilado por la guardia del Inpec, sale una hora diaria de su celda para tomar el sol en la mañana, no tiene otros reclusos a su lado por seguridad, se dedica a labores artesanales y también a la lectura con el fin de redimir la pena por estudio y trabajo.

Noguera es el recluso con la mayor condena impuesta por un juez y es el detenido que ha quedado en el olvido porque no tiene visitas.