‘Maña vieja no es resabio’ dice el adagio popular. Por eso no sorprendió que Gustavo Petro llegara cuatro horas tarde a la convocatoria que la Casa de Nariño había hecho para hacer el lanzamiento ‘con bombos y platillos de la reforma laboral.

Al evento fueron invitados funcionarios del gobierno, representantes de los sindicatos y trabajadores en general.

En términos generales la reforma busca que los contratos a término fijo se celebren hasta por dos años, por escrito y aclarando la necesidad temporal que se atenderá; desaparecerían los contratos por prestación de servicios los cuales serían reemplazados por contratos por la duración de una obra o labor con derecho a prestaciones sociales y vacaciones. Estos contratos deberán suscribirse por escrito, de lo contrario se entenderán como a término indefinido.

Otros de los cambios que busca la reforma es que el recargo nocturno comience a las 6 de la tarde y no a las 9 de la noche como ocurre en la actualidad; el recargo por trabajo dominical o festivo sería del 100 por ciento y no del 75 por ciento que rige en la actualidad.

En caso de despido sin justa causa de un trabajador con contrato a término fijo o por obra labor, recibirían los salarios restantes de la duración del contrato como indemnización.

Si el despido se da a un empleado con contrato a término indefinido con menos de un año en la empresa, se le indemnizaría con 45 días de salario y se le liquidarían 45 días más por cada año adicional.

Los menores de edad que pueden trabajar (15 a 17 años) sólo podrán trabajar 30 horas semanales, es decir, seis horas diarias.

Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, aseguró que la reforma pone en riesgo la formalización y generación de empleo. Habrá que ver cuántos cambios tenga el proyecto inicial durante su paso por el Congreso de la República.