Por robarse un pollo asado Sandra lleva 4 años en la cárcel y le faltan 10 años más

por Yudy Vallejo

La mujer, su esposo y su pequeño hijo entraron a un supermercado y por necesidad intentaron llevarse el alimento, fueron descubiertos y ahora purgan su condena en El Buen Pastor y La Picota, como si de grandes criminales se tratará.

Pollo asadito

Una terrible y conmovedora historia dada a conocer por City TV ha conmovido al país y generado todo tipo de reacciones. Se trata del caso de Sandra y su esposo, una pareja que lleva 4 años en la cárcel, ella en El Buen Pastor y él en La Picota, purgando una pena de 13 años y 8 meses por robarse un pollo asado en un supermercado.

Según relató la mujer, todo inició por la mala situación económica que enfrentaba su hogar, lo que llevó a que un día su hijo se desmayará en el colegio, ya que tenía un alto grado de desnutrición.

Ese día, al salir con su esposo y su hijo, pensó que sería sencillo llevarse algo de comer de un supermercado que se topó en el camino, pero la falta de experiencia en cometer hurtos, llevó a que los nervios la delatarán y los guardias se dieran cuenta que intentaba llevarse un pollo asado.

Por tal motivo los detuvieron y llamaron a las autoridades. Luego de tomar los testimonios y pasar la peor vergüenza de su vida, los dejaron libres. Sandra y su esposo estaban lejos de imaginar que ese día sería el inicio de su tragedia.

Tiempo después, la policía llegó hasta su casa porque los vecinos los llamaron por el volumen de la música y luego de pedirles documentos, les notificaron que tenían una condena en su contra.

La noticia fue devastadora para Sandra y su esposo, quienes no podían creer que un hecho ocurrido años atrás pudiera llevarlos a una pena tan larga en prisión y es que fueron condenados a casi 14 años, ya que fueron acusados de utilizar un menor de edad para efectuar el hurto.

La realidad era que el sistema judicial era implacable y su pasado había vuelto a perseguirlos. Ahora Sandra se encuentra en la cárcel, pagando una condena que para los ojos de muchos parecería injusta y desproporcionada.

Sin embargo, a pesar de las circunstancias adversas, Sandra encontró en la prisión una nueva vocación como profesora y representante de derechos humanos.

A pesar de estar privada de su libertad, ella ha decidido aprovechar su tiempo para ayudar a los demás y hacer algo positivo con su vida.

Sin embargo, su historia es una muestra de las dificultades que enfrentan muchas personas en Colombia, especialmente aquellas que viven en situación de pobreza y marginación y cómo una decisión equivocada en un momento de necesidad, puede llegar a tener terribles repercusiones.