Luis Ernesto Vargas Silva de la Justicia a la Diplomacia 

por Edward Amaya M

El nuevo embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, sorprendió al confesar que jamás fue contactado por Gustavo Petro y que se enteró del nombramiento Twitter.

Luis Ernesto Vargas Silva

Mucho tiempo ha pasado desde que el tolimense Luis Ernesto Vargas Silva salió de su natal Cajamarca apenas con una caja de cartón que contenía sus pocas pertenencias. Su madre sabía de los sueños que albergaba en su mente y su corazón, por eso lo despidió con lágrimas, pero con la ilusión de un mejor futuro para su muchacho. 

Y las cosas resultaron mejor de lo esperado. Vargas Silva se graduó de abogado e inició una carrera imparable. Doctor en derecho y ciencias sociales de la Universidad Libre de Colombia, especializado en derecho de familia de la misma Universidad, y doctor en derecho privado, derecho de la persona y de la familia de la Universidad de Zaragoza (España).   

Su primer cargo como Juez promiscuo municipal de Suesca fue en el año 1977, posteriormente se desempeñó como Juez civil del circuito de Zipaquirá y 22 Civil del Circuito de Bogotá. El 14 de agosto de 1990 fue nombrado Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, cargo en el que permaneció hasta que fue ternado por la Corte Suprema de Justicia en el año 2008, para el nombramiento de Magistrado de la Corte Constitucional de la cual fue Presidente. 

Sorpresivo nombramiento 

Cuando Vargas Silva creía que su vida pública prácticamente había terminado y estaba dedicado a asuntos profesionales particulares, la vida le tenía reservada una nueva sorpresa. Un Twitter del presidente electo anunciando su nombramiento como embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos, OEA. Era algo que no estaba en sus planes. 

“No se trata de un nombramiento con tintes políticos”, le dijo a Las Noticias de Ondas de Ibagué. “Nunca hablé con el Presidente Petro, de hecho, esta es la hora en la que no hemos tenido comunicación directa, lo que demuestra que la escogencia de mi nombre se hizo teniendo en cuenta mi trayectoria y hoja de vida”, expresó. 

Y es casi seguro que el trabajo que lideró desde la Corte Constitucional fue fundamental para la escogencia de su nombre en el cargo diplomático. Vargas Silva presidió la Sala Especial de Seguimiento creada para la ejecución de la sentencia estructural T-025 de 2004 mediante la cual se declaró un estado de cosas inconstitucional en materia de desplazamiento forzado. Su labor en defensa del medio ambiente también ha sido destacada, no solo en el país sino a nivel internacional, hecho del cual dan testimonio sus colegas en el mundo.