La conflagración se presentó en la carrera 11 número 1-11, parte alta del barrio Alaska, al parecer, por una batería de un aparato eléctrico que dejaron sobre una de las camas, lo que ocasionó un recalentamiento y luego el incendio estructural con pérdidas cercanas a los 4 millones de pesos, hecho que fue controlado a tiempo por la comunidad y por el Cuerpo de Bomberos de Ibagué.

Según se pudo establecer, la propietaria del inmueble se encontraba cerca y esto ayudó para que los vecinos le avisaran a tiempo y pudieran sacar varios muebles, y de esta manera, se evitó una pérdida mayor.

Una máquina y 5 voluntarios fueron necesarios para controlar la situación, que en un comienzo se le estaba acusando de la empresa Enertolima de haber dejado unos cables cerca de la vivienda que provocaron un corto y luego la conflagración, lo que finalmente se logró establecer que fue responsabilidad de los residentes en esa casa.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial
*Imagen de referencia tomada de Internet.