Oficial del Ejército reveló fallos fatales en la Masacre del Totumo y acepto que cambió el informe de inteligencia

por Kelly Perdomo

José Wilson Camargo confesó en la JEP que entregó información crucial sin confirmarla y sin saber el desenlace sangriento que tendría.

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En una reciente audiencia ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), José Wilson Camargo, compareciente relacionado con la masacre del Totumo, ofreció declaraciones reveladoras sobre su papel en la operación militar a cargo del Gaula del Ejército. Camargo, quien se presentó como un oficial encubierto, aclaró que su participación no fue como comandante del grupo, sino que pertenecía a una unidad distinta, la Rime 5, destinada a la recolección de inteligencia.

Camargo explicó que su trabajo consistía en buscar información sobre grupos armados en el departamento del Tolima, incluyendo las FARC y el ELN. "Yo estaba dispuesto a recepcionar informantes y darles uso a los recursos asignados para ello", afirmó. Se refirió a su alias "Chepe", con el que se hacía conocer entre los informantes, omitiendo su rango militar.

Al abordar su participación en la operación que resultó en la masacre, Camargo admitió haber entregado un informe de inteligencia que respaldó la orden de operaciones Liberiana 37A. Aunque se mostró consciente de los riesgos, indicó que la información fue entregada "al azar", sin prever las consecuencias fatales que tendría. "No deseé la muerte de esos familiares. Simplemente, irresponsablemente, le entregué la información al grupo Gaula", reconoció.

Durante el interrogatorio, Camargo también reveló que había recibido el informante Constantino Párra García a través de conexiones del DAS. Este informante, que tenía acceso a grupos armados, fue presentado al Teniente López para que lo acompañara en la operación. "Yo no sabía cómo serían las operaciones del Gaula. Simplemente cumplí con las órdenes", añadió.

A medida que se desvelaban los detalles de la operación, la audiencia puso de relieve inconsistencias en la información presentada y la falta de verificación antes de proceder. Camargo concluyó que, tras la masacre, los medios de comunicación cuestionaron abiertamente la versión oficial, afirmando que no había existido un combate real. "Fue solo entonces que comprendí la magnitud de lo ocurrido", afirmó, dejando entrever su preocupación por las implicaciones de sus acciones en un contexto tan delicado.

Igualmente, el hombre de inteligencia se vio obligado a modificar su informe para ocultar el error inicial. El nuevo informe presentó a las personas como miembros de una organización criminal, respaldando esta afirmación con pruebas falsas como un panfleto entre otras.