Varios de los cartuchos que fueron hallados en la calle 37 con carrera Sexta se vencieron en 2018.

El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía Metropolitana de Ibagué sigue generando controversias y muchos cuestionamientos alrededor de los recientes enfrentamientos que dejaron un joven muerto y más de seis heridos, según organizaciones defensoras de Derechos Humanos.

Ondas de Ibagué conoció una delicada denuncia en la que se comprueba que varios de los gases lacrimógenos utilizados para disolver las revueltas en la noche del pasado sábado primero de mayo, estaban vencidos.

Mientras transitaba por el barrio Villa Teresa, una mujer recogió dos cartuchos de la marca brasilera Condor referencia GL -300 los cuales tenían fecha de validad de febrero de 2018 y fabricación de 2013.

Es decir, desde hacía tres años, los agentes químicos estaban vencidos y aun así fueron utilizados por la fuerza pública para reprimir las protestas.

“Pasábamos el pasado domingo en la mañana por la 37 con Sexta cuando vimos varias de estas latas tiradas en el suelo. Las recogimos y nos llevamos una sorpresa cuando constatamos que estaban vencidas. Tengo entendido que eso es tóxico para los seres humanos”, indicó la mujer que solicitó omitir su nombre por motivos de seguridad.

Así como sucede en Venezuela, el Esmad de la Policía colombiana estaría cometiendo un atentado contra la vida de los manifestantes, teniendo en cuenta los graves efectos (demostrados) que tienen los gases vencidos contra la salud del ser humano.

Las consecuencias de utilizar un gas lacrimógeno vencido

Expertos consultados con esta redacción señalan que al estar vencido, el lacrimógeno produce cianuro de hidrógeno que es muy tóxico y mortal.

Además, produce consecuencias respiratorias irreversibles, hipertensión, convulsiones, taquicardia, pérdida de la conciencia, paro cardiorrespiratorio y hasta la muerte.

La vida útil de estos elementos está entre los tres y cinco años dependiendo del manejo y almacenamiento. Con el tiempo, el calor y la humedad produce elementos tóxicos como ácido clorhídrico, óxidos nitrosos, monóxido de carbono, cloro, acetileno, entre otros.

Particularmente el cianuro y el fosgeno son clasificados por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) como sustancias químicas letales, es decir, que pueden causar la muerte en concentraciones muy bajas.

Las advertencias son claras por quienes crean, venden y distribuyen este tipo de armas quí¬micas: las lacrimógenas no deben utilizarse después de su fecha de vencimiento.

Es más, esto se encuentra resaltado en las propias latas, sin importar su procedencia: “Es peligrosa su utilización después de la fecha de validad”.

Aunque a finales del año pasado un juez le ordenó a la Policía suspender el uso de gases lacrimógenos en época de pandemia al considerar que el uso de tapabocas podría generar graves afectaciones a los asistentes de las marchas, dos meses después, el Tribunal Superior de Bogotá revocó un fallo de tutela de primera instancia y echó para atrás la decisión.

Las consecuencias legales para la Policía

Para el abogado Antonio París, las graves denuncias sobre el uso de armas químicas vencidas, tendría repercusiones legales a futuro, de hecho, podría derivar demandas contra la fuerza pública y el Estado.

“Esto es muy grave. Las personas que logren demostrarlo podrán tomar acciones legales. El medio de control que se debe activar ante la justicia es de reparación directa por falla en el servicio. Siempre y cuando se demuestre que hubo una afectación de la salud”, explicó el jurista.

Ondas de Ibagué elevó la denuncia ante los organismos de control competentes y aunque trató de contactar al comandante de la Policía Metropolitana, coronel Jovany Benavides, para obtener respuesta no fue posible.