Batalla campal en la invasión El Reposo, detrás de la Iglesia del Divino Niño, casi termina en tragedia

por Ondas de Ibagué

El hecho de intolerancia por parte de algunos invasores del asentamiento El Reposo, ubicado en la parte posterior de la Iglesia del Divino Niño, en inmediaciones del barrio Galarza, al sur de Ibagué, dejó varias personas afectadas por la acción de los gases lacrimógenos, incluyendo a un recién nacido, una niña de dos años y otra de 12, quienes fueron trasladados a centros asistenciales para ser atendidos, y en los que permanecen bajo cuidados médicos pero estables, tras una batalla campal que se armó, luego que integrantes del Esmad, intentaran desalojar a esta grupo de personas, quienes respondieron con piedra.

“Nosotros estábamos tranquilos cuando llegó la policía y nos empezó a atacar con los gases, provocándonos y obligándonos a salir del terreno para luego destrozar todo lo que habíamos construido con tablas. Lo único que queremos es una vivienda propia. Tener donde meter la cabeza con nuestros hijos y poderles dar una vida digna. Acá varios de los muchachos no se aguantaron y le respondieron a los del Esmad con piedra iniciándose una batalla campal que dejó a varios niños lesionados. Hasta se habló de la muerte de un bebé de 2 meses de nacido”, dijo Natividad Gómez, una de las invasoras a Ondas de Ibagué.

Por más de tres horas los invasores se enfrentaron a la policía utilizando piedras, ladrillos y todo tipo de elementos contundentes, mientras que los uniformados de la fuerza pública cumplían su trabajo, lanzando gases pimienta, buscando controlar el poder de la zona, consiguiendo con esto que los invasores respondieran con violencia.

Un nutrido grupo, compuesto por aproximados 30 jóvenes, se armaron con piedras y ladrillos para atacar al Esmad, batalla que dejó a un uniformado de la policía desmayado y algunos particulares afectados por los gases.

Al finalizar la tarde, después del enfrentamiento entre invasores y policía, un grupo de jóvenes obligó a seis uniformados del Esmad a encerrarse en una vivienda del barrio Galarza, donde fueron atacados a piedra, dejando como resultado los vidrios destrozados de varias casas y apartamentos ubicados en esa cuadra, a pocos metros de la entrada principal de la Iglesia del Divino Niño, policías que tuvieron que recibir apoyo para lograr salir del lugar.

Hacia las 6 y media de la tarde todo quedó en silencio y la gran mayoría de los invasores regresaron al asentamiento para construir nuevamente sus cambuches y continuar la lucha por conseguir casa propia, mientras exigían la presencia del Alcalde de Ibagué, Guillermo Alfonso Jaramillo.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial